¿Qué son los piercings orales?

Los piercings orales son agujeros practicados en cualquier parte de la lengua, los labios o las mejillas para sujetar joyas. Al igual que con las orejas perforadas, la joyería utilizada en los piercings orales puede venir en varios estilos – como anillos, barras y tachuelas. Algunos aventureros modificadores del cuerpo incluso se perforan la parte posterior de la garganta. Esto puede parecer especialmente arriesgado, y es porque lo es. La Asociación Dental Americana desaconseja todo tipo de piercing oral y perioral debido a los riesgos negativos para la salud.

Si estás pensando en hacerte un piercing en el labio, la lengua o la mejilla, te recomendamos que consultes a tu profesional de la odontología antes de realizar el procedimiento.

¿Cuáles son los diferentes riesgos que conllevan los piercings orales?

Algunos de los posibles efectos secundarios que puede experimentar con un piercing oral incluyen:

Infección

  • La boca contiene bacterias. Cuando las bacterias entran en un piercing, pueden provocar una infección. El mayor riesgo de infección lo tienes inmediatamente después de hacerte el piercing, antes de que el agujero haya cicatrizado. Tocar la joya con la mano, usar productos de tabaco y meterse otros objetos en la boca puede aumentar el riesgo de infección.

Enfermedades potencialmente mortales

  • Según la Clínica Cleveland, los piercings con agujas poco higiénicas pueden aumentar el riesgo de contraer hepatitis B y hepatitis C.

Endocarditis

  • Los piercings pueden permitir que las bacterias entren en el torrente sanguíneo y se desplacen hasta el corazón, aumentando el riesgo de endocarditis (inflamación de las válvulas o tejidos del corazón).

Dientes astillados o agrietados

  • Otro impacto potencial de los piercings orales en la salud dental es que las joyas en su boca pueden astillar y fracturar sus dientes. Si tienes coronas o fundas, pueden ser especialmente vulnerables a los daños. Aprenda qué hacer con un diente roto.

Las lesiones en las encías

  • Las joyas también pueden dañar el tejido blando de las encías y provocar su retracción. Las encías retraídas hacen que las raíces de tus dientes sean más vulnerables a las caries y a la enfermedad periodontal.

Sangrado prolongado

  • Si tienes un vaso sanguíneo que se pincha cuando te haces el piercing, puede producirse un sangrado difícil de controlar y una pérdida de sangre grave.

Dolor e hinchazón

  • El dolor y la hinchazón son efectos secundarios comunes de los piercings orales. En casos extremos, la hinchazón podría cerrar las vías respiratorias, dificultando la respiración. Si experimenta dolor o hinchazón, no dude en consultar con su dentista o médico.

Interferencia con la función oral normal

  • Además de dificultar el habla y la pronunciación correcta de las palabras, las joyas en la boca pueden provocar un flujo excesivo de saliva y causar problemas al masticar y tragar.

¿Cuánto duran los piercings orales?

Si practica una buena higiene bucal y mantiene su boca libre de infecciones, su piercing oral podría durar toda la vida. Sólo asegúrese de ver a su profesional dental a la primera señal de cualquier dolor o problemas. Pero recuerda que incluso con el cuidado bucal más obsesivo, siempre es posible que se produzcan daños en los dientes y la posible ingestión de joyas sueltas. La mejor manera de evitar cualquier problema con el piercing oral es evitar hacerse uno en absoluto.

Cómo cuidar un piercing oral

Si todavía estás planeando hacerte un piercing oral, asegúrate de acudir a un profesional capacitado que utilice instrumentos estériles. Al acudir a un profesional que da prioridad a la limpieza, será menos probable que contraiga una infección o una enfermedad.

Aléjese de fumar y masticar tabaco y evite los hábitos compulsivos que podrían infectar su piercing, como:

  • Jugar con las joyas o hacerlas girar.
  • Morderse las uñas.
  • Meter un bolígrafo o un lápiz en la boca.
  • Colocar las puntas de las patillas de las gafas en la boca mientras piensa pensativamente en el estado del mundo.
  • Meter cualquier otro objeto en la boca que pueda albergar bacterias.

Una vez que su piercing haya cicatrizado, asegúrese de quitarse las joyas siempre que coma o duerma. Si practica algún deporte o participa en cualquier otra actividad física, es esencial que se quite también las joyas.

Si ya tiene un piercing o sigue interesado en hacérselo a pesar de los posibles riesgos, los cuidados posteriores serán de suma importancia para que mantenga una boca sana. Practica una buena higiene bucal prestando especial atención a tus joyas y a tu piercing. Cepíllate al menos dos veces al día. Utiliza el hilo dental o limpia entre los dientes con cepillos interdentales o con hilo dental de agua al menos una vez al día, y usa enjuagues bucales antimicrobianos y raspadores linguales (si tienes un piercing en la lengua, quítate la joya antes de usar un raspador, y sólo úsalo cuando el agujero se haya curado). Asegúrate de acudir a tu profesional de la odontología para que te haga limpiezas periódicas, no sólo para mantener tus dientes blancos y libres de bacterias, sino también para comprobar tu piercing y la salud de los dientes y encías que lo rodean.

No te recomendamos que te hagas un piercing oral, pero respetamos tu capacidad para evaluar el riesgo de forma significativa para ti. Te deseamos la mejor salud bucal sea cual sea tu decisión. Si sigues adelante y te pones un poco de brillo en la boca, esperamos que tu decisión te haga sonreír.

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