Desde el principio de los tiempos, la gente reflexionaba sobre su relación con el universo mirando al cielo. La palabra «astrología» deriva de la palabra griega que significa estrella, «asteri», pero el primer sistema organizado de astrología surgió hace más de 4000 años en Babilonia, el actual Irak. Los primeros astrólogos seguían el movimiento del sol y la luna, las estrellas y los planetas para estudiar su influencia en sus vidas, y para buscar orientación y una conexión con el universo.

Al observar los ciclos y ritmos de nuestro entorno, los astrólogos creían que el movimiento de todo en el cosmos se corresponde con el movimiento de todo lo demás. Pero, ¿qué dice la ciencia? ¿Cómo ha evolucionado la astrología moderna y puede nuestro lugar en el universo estar realmente determinado por las estrellas y los planetas?

Jonathan Bastian, de la KCRW, habla con Nicholas Campion, catedrático de Cosmología y Cultura de la Universidad de Gales en el Reino Unido. Campion es una autoridad en la historia de la astrología y autor de «Astrology and Popular Religion in the Modern West: Prophecy, Cosmology and the New Age Movement»

Los siguientes extractos de la entrevista han sido abreviados y editados para mayor claridad.

KCRW:¿Cuál es la diferencia entre la astrología y la astronomía?

Nicholas Campion: «Solían estar completamente vinculadas. Yo siempre hablo de la astronomía, como la medición de las posiciones de los cuerpos celestes, y de la astrología, como la atribución de significado o importancia a esos cuerpos. Antes la gente sólo medía las posiciones de los cuerpos celestes, las estrellas y los planetas, porque querían saber qué significaban con los tiempos modernos, los dos se separaron. Así que veo que las diferencias son el significado y la medición».

¿Cuándo tuvo la gente la idea de que las mediciones y los ciclos podían decir algo sobre lo que somos?

Campion: «La mejor manera de empezar a pensar en la astrología es que se ocupa del conjunto, del entorno mayor. Y todos nosotros atribuimos algún tipo de significado a nuestro entorno local, incluso si no se supone que lo hagamos, lo hacemos. Algunos lo llaman superstición, pero en realidad, todos lo hacemos. Lo que hace la astrología es tomar el entorno más grande, el espacio, y al hacerlo, lo que le dice a la gente es: puedes ser un individuo, puedes tener tus propios pensamientos y sentimientos, pero en realidad, eres parte de un sistema mayor, que por supuesto todos somos – ninguno de nosotros está divorciado de la naturaleza o el espacio y el tiempo.

Así que hay ritmos y ciclos y sabemos que los ritmos y ciclos del sol y la luna, obviamente cruciales o no habría noche o día. Asi que la suposicion de la astrologia es que el movimiento de todo en el universo corresponde de alguna manera al movimiento de todo lo demas. Por lo tanto, la astrología no considera que las estrellas o los planetas sean los causantes de nada, sino que todo se mueve en una vasta danza sincronizada, como un gran ballet cósmico.»

Nicholas Campion. Foto de Wendy Buonaventura.

Así que en cierto sentido somos un producto de nuestro entorno y de lo que usted habla es de un sentido más amplio de conexión con los cuerpos celestes.

Campion: «Algo que siempre me llama la atención, es que cada pieza de materia y energía de la que estamos hechos, ha pasado por tres estrellas. Así que más recientemente, nuestro propio sol y luego dos estrellas anteriores. Así que esas estrellas habrían nacido, crecido y luego colapsaron y la materia se dispersó. Es un pensamiento asombroso y eso es lo que sustenta la vieja frase de que somos polvo de estrellas, porque es una bonita frase poética y también casualmente en una canción de Joni Mitchell, pero en realidad, es verdad. Y así, cuando toda esa energía y materia se reúne en nosotros como personas individuales y somos lo que somos de hecho, no estamos realmente separados de todo lo demás en absoluto. Estamos completamente conectados en un nivel profundo.»

Hay una noción de que la astrología es practicada predominantemente por mujeres; ¿es eso cierto y siempre ha sido así?

Campion: «Creo que es cierto, pero no siempre ha sido así. Antes del mundo moderno, había que tener un nivel de educación bastante alto para ser astrólogo, había que hacer las cuentas para emitir un horóscopo, antes del siglo XVII leer el latín, para poder leer los textos y muy pocas mujeres recibieron una educación. A nivel popular, del que sabemos muy poco, habría habido mujeres sabias que habrían sabido todo sobre las fases de la luna, pero a nivel de élite, habrían sido hombres.

Pero claro, la astrología moderna pasa por toda la corriente occidental y es un hecho que las mujeres, con diferencia, son las principales usuarias y practicantes. Podemos especular sobre las razones de ello; puede ser que las mujeres sean capaces de sentirse mucho más abiertas sobre una práctica o un tema, que a menudo se considera más intuitivo, o menos científico. Mientras que los hombres son mucho más propensos a inhibirse por ello. Así que es en gran medida una cuestión de género y luego, cuando nos fijamos en el estudio científico de la astronomía, las proporciones de hombres y mujeres se invierten, por lo que hay muchos más hombres.»

¿Se sienten las mujeres más cómodas con la noción de los ciclos en su propia vida, que vemos en la astrología?

Campion: «Absolutamente. Hay una correspondencia aproximada entre el ciclo menstrual y el ciclo lunar. Los hombres, si viven cerca de las aguas de las mareas pueden ver la luna tirando del agua, pero no son conscientes de ningún efecto en sus cuerpos, mientras que, las mujeres pueden serlo. Así que es un tema de género muy grande, que espera ser explorado pero que generalmente se tapa.

Cuando los científicos se enfadan con la astrología, la desprecian y dicen que hace a la gente estúpida, en realidad, en términos de política de género, están pisando un terreno muy fino porque están hablando de una práctica que es abrumadoramente femenina. Así que hay muchas cuestiones sociales, de género y políticas interesantes en torno a la astrología».