Las fístulas anales suelen ser comunes entre quienes han tenido un absceso anal. El tratamiento suele ser necesario para reducir las posibilidades de infección en una fístula anal, así como para aliviar los síntomas.
Una fístula anal se define como un pequeño túnel con una abertura interna en el canal anal y una abertura externa en la piel cerca del ano. Las fístulas anales se forman cuando un absceso anal, que ha sido drenado, no se cura completamente.
Los diferentes tipos de fístulas anales se clasifican por su localización.
En orden de más común a menos común, los diversos tipos incluyen:
- Fístula interesfinteriana. El tracto comienza en el espacio entre los músculos del esfínter interno y externo y se abre muy cerca del orificio anal.
- Fístula transesfinteriana. El tracto comienza en el espacio entre los músculos del esfínter interno y externo o en el espacio detrás del ano. Luego atraviesa el esfínter externo y se abre uno o dos centímetros fuera del orificio anal. Pueden envolver el cuerpo en forma de U, con aberturas externas a ambos lados del ano (lo que se denomina fístula en herradura).
- Fístula supraesfintérica. El tracto comienza en el espacio entre los músculos del esfínter interno y externo y gira hacia arriba hasta un punto por encima del músculo puborrectal, cruza este músculo, luego se extiende hacia abajo entre el músculo puborrectal y el músculo elevador del ano y se abre uno o dos centímetros fuera del ano.
- Fístula extraesfinteriana. El tracto comienza en el recto o en el colon sigmoide y se extiende hacia abajo, pasa por el músculo elevador del ano y se abre alrededor del ano. Estas fístulas suelen estar causadas por un absceso apendicular, un absceso diverticular o la enfermedad de Crohn.
Diagnóstico
Por lo general, es sencillo localizar el orificio externo de una fístula anal, mientras que localizar el orificio interno puede ser más difícil. Es importante poder encontrar toda la fístula para un tratamiento eficaz.
Las personas que pueden tener experiencia con abscesos anales recurrentes pueden tener una fístula anal . El orificio externo de la fístula suele estar enrojecido, inflamado, rezuma pus y, a veces, está mezclado con sangre.
La localización del orificio externo da una pista sobre el posible recorrido de la fístula y, a veces, ésta puede palparse. Sin embargo, la localización de su trayecto visual suele requerir varias herramientas y, a menudo, es posible que no se vea hasta la cirugía.
Las herramientas utilizadas a menudo en el diagnóstico incluyen:
- Sonda de fístula. Un instrumento especialmente diseñado para ser introducido a través de una fístula
- Anoscopio. Un pequeño instrumento para ver el canal anal
Si una fístula es potencialmente complicada o está en un lugar inusual, también se pueden utilizar estas herramientas:
- Tinte azul de metileno diluido. Inyectado en una fístula
- Fistulografía. Inyección de una solución de contraste en una fístula y posterior radiografía de la misma
- Resonancia magnética
Las herramientas utilizadas para descartar otros trastornos como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn incluyen:
- Sigmoidoscopia flexible. Un tubo fino y flexible con una cámara iluminada en el interior de la punta permite a los médicos ver el revestimiento del recto y el colon sigmoide como una imagen ampliada en una pantalla de televisión
- Colonoscopia. Similar a la sigmoidoscopia, pero con la capacidad de examinar todo el colon o el intestino grueso
Tratamiento
El tratamiento se realiza con delicadeza para reducir el riesgo de afectar al vaciado intestinal, debido a la proximidad de las fístulas anales a los músculos del esfínter anal. El mejor enfoque requiere que cada paciente sea evaluado individualmente.
El tratamiento de una fístula anal se intenta realizar con el menor impacto posible sobre los músculos del esfínter. A menudo dependerá de la ubicación y la complejidad de la fístula, y de la fuerza de los músculos del esfínter del paciente.
Fistulotomía
En una fistulotomía, el cirujano primero sondea para encontrar la abertura interna de la fístula. A continuación, se abre el tracto, se raspa y se expulsa su contenido, y luego se cosen sus lados a los lados de la incisión con el fin de abrir la fístula.
Una fístula más complicada, como una fístula en herradura (en la que el tracto se extiende alrededor de ambos lados del cuerpo y tiene aberturas externas a ambos lados del ano), se trata normalmente abriendo sólo el segmento en el que se unen los tractos y se extirpa el resto de los tractos.
La cirugía puede realizarse en más de una etapa si hay que cortar una gran cantidad de músculo. Puede ser necesario repetir la cirugía si no se puede encontrar todo el tracto.
Colgajo rectal avanzado
Un cirujano puede extraer el núcleo del tracto y luego cortar un colgajo en la pared rectal para acceder y eliminar la abertura interna de la fístula y luego suturar el colgajo. Esto se hace a menudo para reducir la cantidad de músculo del esfínter que hay que cortar.
Colocación del setón
Se utiliza un setón (hilo de seda o banda elástica) para:
- Crear tejido cicatricial alrededor de parte del músculo del esfínter antes de cortarlo con un bisturí
- Permitir que el setón corte lentamente todo el músculo en el transcurso de varias semanas
El setón también puede ayudar al drenaje de la fístula.
Pegamento de fibrina o tapón de colágeno
En algunos casos, el pegamento de fibrina, hecho de proteína de plasma, puede utilizarse para sellar y curar una fístula en lugar de cortarla. El pegamento se inyecta a través del orificio externo después de limpiar el tracto y suturar el orificio interno. También puede utilizarse un tapón de proteína de colágeno para sellar y cerrar el tracto fistuloso.