La cebolla es el ingrediente más popular utilizado en la cocina india; es una de las partes principales del contenido utilizado en el curry, las ensaladas y otros platos salados. Las cebollas no sólo ayudan a añadir un sabor distintivo, sino que también dan a los currys una cierta consistencia. Además, las cebollas son conocidas desde hace tiempo por sus beneficios para la salud. Según el libro «Healing Foods» de la editorial DK, «las cebollas contienen docenas de compuestos químicos medicinales que tienen una acción antibacteriana y antiinflamatoria en el organismo y promueven una buena salud cardíaca e intestinal».

Considerando todo lo positivo que tiene la cebolla, ¿qué podría salir mal? Se cree que las cebollas peladas no deben almacenarse ni refrigerarse.

Según la profesional de la salud y entrenadora de salud macrobiótica Shilpa Arora, «las bacterias contaminan las cebollas una vez expuestas y, si se dejan tal cual, pueden oxidarse aún más, lo que provoca una serie de problemas de salud. Se aconseja cortarlas sólo cuando se quieran cocinar». La nutricionista y dietista Parmeet Kaur está de acuerdo: «Cuando se cortan las cebollas, se rompen las paredes celulares; se liberan agua y líquidos, que pueden contener nutrientes que favorecen el crecimiento de las bacterias. Si refrigera las cebollas peladas, la temperatura fría y húmeda puede hacer que se empapen y que se deterioren debido al proceso combinado de crecimiento de bacterias y descomposición».
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Las bacterias contaminan las cebollas una vez expuestas

Las cebollas cortadas se echan a perder de inmediato, ya que atraen a las bacterias que se encuentran en el entorno en el que se almacenan, sin importar si se guardan en el refrigerador o en un espacio abierto de la cocina. Por ejemplo, si corta la cebolla o incluso la pela en una tabla de cortar que también utilizó para cortar pollo crudo, cualquier bacteria del jugo del pollo se transferirá fácilmente a la cebolla pelada.

¿Cómo asegurarse de que las cebollas peladas se almacenan de forma segura?

Según la Asociación Nacional de la Cebolla, nunca almacene las cebollas peladas en bolsas de plástico, ya que la falta de movimiento del aire reducirá su vida útil. La mejor manera de almacenar las cebollas peladas es envolver cada una de ellas en una toalla de papel y colocarlas en el frigorífico para mantenerlas frescas y secas. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), las cebollas picadas o en rodajas pueden guardarse en un recipiente cerrado en el frigorífico a una temperatura adecuada de 40 grados Fahrenheit o 4,4 grados Celsius.
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