Consumir una alta proporción de alimentos de origen vegetal parece reducir el riesgo de muchas condiciones de salud relacionadas con el estilo de vida.

Salud del corazón

Los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados que se encuentran en los anacardos pueden ayudar a disminuir los niveles de colesterol LDL y triglicéridos. Esto reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón.

Un estudio publicado en el British Journal of Nutrition mostró que el riesgo de enfermedad coronaria puede ser un 37 por ciento menor en las personas que consumen frutos secos más de cuatro veces por semana en comparación con las personas que nunca o rara vez consumen frutos secos.

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La leche de anacardo ofrece muchos de los beneficios de la leche fresca para quienes prefieren no utilizar productos lácteos.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado una declaración de propiedades saludables para las etiquetas de los alimentos según la cual «comer 1,5 onzas al día de la mayoría de los frutos secos como parte de una dieta baja en grasas saturadas y colesterol puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.»

Los anacardos son una buena fuente de magnesio, que desempeña un papel importante en más de 300 reacciones enzimáticas dentro del organismo.

Estas incluyen el metabolismo de los alimentos y la síntesis de ácidos grasos y proteínas.

El magnesio también participa en la relajación muscular y en la transmisión y actividad neuromuscular.

La deficiencia de magnesio, frecuente en poblaciones de edad avanzada, está relacionada con la resistencia a la insulina, el síndrome metabólico, las enfermedades coronarias y la osteoporosis.

Varios estudios han descubierto que una ingesta elevada de calcio sin suficiente magnesio podría aumentar el riesgo de calcificación arterial y enfermedad cardiovascular, así como de cálculos renales.

En el Estudio del Corazón de Framingham se descubrió que las personas con la mayor ingesta de magnesio tenían un 58% menos de posibilidades de sufrir calcificación de las arterias coronarias y un 34% menos de posibilidades de sufrir calcificación de las arterias abdominales.

Control del peso

Datos limitados sugieren que el consumo habitual de frutos secos se asocia a un mayor gasto de energía en reposo. Esto podría tener implicaciones para el control del peso.

Además, en los ensayos que comparan la pérdida de peso entre regímenes alimentarios que incluyen o excluyen los frutos secos, los regímenes que incluyen el consumo de frutos secos con moderación se relacionaron con una mayor pérdida de peso.

Un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition en 2004 descubrió que las mujeres que declaraban comer frutos secos en contadas ocasiones tenían una mayor incidencia de aumento de peso durante un periodo de 8 años que las mujeres que consumían frutos secos dos o más veces a la semana.

Los investigadores concluyeron que el consumo de frutos secos no conduce a un aumento de peso, y que puede ayudar a mantener un peso saludable.

Una revisión de estudios publicada en 2017 concluyó que las nueces pueden ayudar a mantener un peso saludable. Es posible que lo hagan ayudando a una persona a sentirse llena y contribuyendo a la termogénesis, que es la producción de calor en el cuerpo. Esto puede ayudar a impulsar el metabolismo.

Los cálculos biliares

Según un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, el consumo frecuente de nueces se asocia con un menor riesgo de necesitar una cirugía para extirpar la vesícula biliar.

En más de un millón de personas documentadas durante un periodo de 20 años, las mujeres que consumían más de 5 onzas de frutos secos a la semana tenían un riesgo significativamente menor de colecistectomía que las mujeres que comían menos de 1 onza de frutos secos cada semana.

Salud ósea

Los anacardos son una de las pocas fuentes alimentarias con alto contenido en cobre. Una onza de anacardos contiene 622 microgramos de cobre. Para los adultos mayores de 19 años, la ingesta diaria recomendada de cobre es de 900 microgramos.

La deficiencia grave de cobre se asocia a una menor densidad mineral ósea y a un mayor riesgo de osteoporosis. Sin embargo, se necesita más investigación sobre los efectos de la deficiencia marginal de cobre y los beneficios potenciales de la suplementación con cobre para la prevención y el tratamiento de la osteoporosis.

El cobre también desempeña un papel importante en el mantenimiento del colágeno y la elastina, principales componentes estructurales de nuestro cuerpo. Sin una cantidad suficiente de cobre, el cuerpo no puede reemplazar el tejido conectivo dañado ni el colágeno que constituye el andamiaje de los huesos. Esto puede conducir a una serie de problemas, incluyendo la disfunción de las articulaciones, ya que los tejidos corporales comienzan a romperse.

El magnesio de los anacardos también es importante para la formación de los huesos, ya que ayuda a la asimilación del calcio en el hueso. Se ha demostrado que el manganeso, otro mineral presente en los anacardos, previene la osteoporosis en combinación con el calcio y el cobre.

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